MENDRA at El Pumarejo Barcelona, 19-11-2017

Paula Olivé, guitar & vocals, Sofía Ana Martori, bass, Víctor Álvarez, drums

Sant Feliu de Guíxols es una fuente inagotable de lo hardcore en todas sus vertientes, ajena a un clima menos proclive a esta música como lo era en las dos décadas anteriores a ésta. Localidad recurrente cuando nos fijamos en el origen geográfico, y/o centro orbital alrededor de los estudios Ultramarinos para lo que a producciones del estilo se refiere. Sofía, Paula y Victor, los tres integrantes de este demoledor trío de emopunk (como se definen musicalmente, o “mopunk”) de nombre Mendra, han contado con Borja Pérez (Please Wait) para grabar y mezclar el asunto, Santi García supervisando y Victor García masterizando su primer disco, ‘Tacho’. Lo que han grabado es media hora entre lo salvaje y juguetón, diez temas con un empaque, buen hacer y mala leche que parece ejecutado por gente mucho más curtida que su juventud de veinte y pocos. El post-hardcore de desarrollos cadentes, cambios gravitacionales, ametralladoras por batería, guitarrazos amenazantes, atmosféricos e hirientes cuando conviene, y palpitantes bajos brilla en su conjunto, con los gritos de Paula (también muy efectiva en otros registros) dando esa catarsis que demanda músico y oyente. Además, “Tacho” fluye como un muy buen disco de rock, que va “contaminando” sus canciones en la segunda parte, así como otros detalles estilísticos (hay músicos de “verdad” en los tres), siendo más entretenido a cada escucha. Cantado mayormente en inglés, con un par de canciones en catalán, una en castellano (de nombre ‘Me Long Ah’, si es que…). Presentan a gente como Karate entre sus influencias, lo que ya indica que los “deberes” están sobradamente hechos, y no desentonarían nada como banda por ejemplo de Dischord. Pero es Saltamarges quien publicó hace poco el cassette de “Tacho”, uno de los mejores debuts que hemos escuchado últimamente, del que no sobra ningún tema. Eric Fuentes (The Unfinished Sympathy) y Jazz Rodríguez (Mourn) colaboran también en el asunto. No está nada mal, ¿verdad?